Entrevista- Milagros Zarazaga
DEPORTE
"Genaro Fessia: Superación y legado después del rugby profesional"
El ex Puma Genaro Fessia reflexiona sobre su carrera, el retiro forzado por una lesión y su nueva misión como formador de jóvenes en el rugby.
Genaro Fessia
Genaro Fessia es un exjugador de rugby argentino que jugó para Los Pumas, la selección nacional de rugby de Argentina. Nacido el 22 de julio de 1981 en Córdoba, Argentina, Fessia fue un destacado tercera línea durante su carrera, conocido por su fortaleza física, su capacidad de trabajo en el campo y su liderazgo.
Siguiendo con su paso por el seleccionado, el ex puma jugó su primer y último mundial en Nueva Zelanda 2011.
En 2012 debido a una lesión en la médula, tuvo una mala operación de hernia que le generó una lesión medular parcial y estuvo todo un año para recuperarse. En 2014 se retiró del rugby debido a que le quedaron secuelas neurológicas. Es por eso que con responsabilidad y dolor a los 33 años colgó los botines.
Hoy en día el cordobés transmite su experiencia a los más jóvenes y traslada las herramientas que asimiló en el deporte de alto rendimiento. Su esfuerzo y sacrificio por mantenerse en la élite del rugby lo avalan.
Fessia. El tercera línea de Athletic y su try para Los Pumas, contra Rumania, en la Copa del Mundo 2011.
¿Cómo y cuándo comenzaste a jugar al rugby? ¿Hubo algún momento o persona clave que te inspirara a dedicarte de lleno al deporte?
— Empecé a jugar rugby a los 6 años en CAC (Córdoba Athletic Club), básicamente fue porque a mi papá le gustaba el deporte, me gustó, y seguí jugando hasta que me retiré a mis 33 años.
¿Cómo fue tu recorrido hasta llegar a los pumas?
— Por lo general a nivel nacional se hace un proceso de Selecciones Nacionales Juveniles que yo no formé parte pero si en las de Córdoba; jugué en el Seleccionado juvenil de Córdoba y después en el Seleccionado Mayor de Córdoba, y como me fue bien ahí me llamaron para un seleccionado que ya no se hace y se llama Provincias Argentinas. Jugamos un partido contra Sudáfrica donde me fue muy bien y después de eso me llaman para Argentina A, y después de un buen torneo en este me convocaron para mi primer match con Los Pumas contra Canadá.
¿Qué valores o enseñanzas te inculcó el rugby desde joven que todavía aplicas en tu vida hoy?
— El rugby me enseñó mucho lo que es el trabajo duro para lograr algo, aprender a superar adversidades (que hay en todo ámbito de la vida, no frustrarse por eso, seguir insistiendo), trabajar en equipo, ser respetuoso tanto con las reglas comoo con el otro; en el rugby es muy importante el rival, si bien uno juega duro para tratar de superarlo, pero a su vez al ser un deporte de mucho contacto uno lo tiene que respetar. Yo creo que eso es la gran base que te enseña este deporte, y que por eso me gusta tanto e intento transmitir.
¿Cuál fue el partido o momento más memorable en tu carrera con Los Pumas? ¿Cómo lo viviste?
— Como memorable (porque es el momento que uno nunca quiere como deportista que llegue) fue el último partido; pero no quería que llegue porque he tenido muchos otros buenos momentos que recordar entonces si recuerdo ese partido como el cierre de una etapa y el comienzo de otra.
Tuviste la oportunidad de representar a Argentina en varios niveles. ¿Cómo manejabas la presión de jugar en partidos tan importantes?
— Yo siempre digo que cuando uno hace lo que le gusta y uno está bien preparado la presión no es presión, y más haciendo deporte. Si uno tiene responsabilidades, tiene que representar de la mejor manera eso que está haciendo, pero presión como tal no sentía, sino un sentido de pertenencia y responsabilidad grande.
¿Hubo alguna derrota o fracaso que te haya marcado y que te haya dejado una lección importante?
— No, yo creo que cuando uno es deportista y más de alto nivel, se tienen más derrotas que victorias. Inclusive los deportistas más exitosos de cualquier deporte han tenido más derrotas que victorias. Pero cada una de esas situaciones lo marca a uno para ser mejor, y si uno aprende de esas derrotas es cuando se va creciendo. Pero no identifico una derrota particular que me haya afectado de una manera distinta a las otras.
¿Cómo fue para vos dejar el rugby profesional siendo un momento difícil?
— Si la verdad fue un momento muy duro donde yo no estaba preparado, muchas veces cuando uno deja de jugar lo tiene planificado y meditado; mientras que mi caso fue bastante repentino y si me afectó porque fue un cambio importante en mi vida. Me tomó mi tiempo asimilarlo pero me di cuenta que era el momento del cambio y tuve que cerrar forzosamente una etapa para continuar con otras.
¿Cómo fue esa transición de la vida deportiva a la vida fuera de las canchas? ¿Qué nuevos desafíos encontraste?
— La transición al principio fue difícil, me costó asimilar que no era más un jugador. De inmediato no me involucré en el deporte pero después sentí que yo tuve la suerte de tener un recorrido importante y de acumular mucha experiencia entonces me pareció un poco egoísta quedarme con eso y no compartirlo. Entonces empecé a entrenar de a poco, le agarre el gusto y el sentido al ser entrenador, que más que entrenador yo creo que uno es formador entonces eso me ayudó en gran modo cerrar en parte (porque todavía sigue un poco abierta) la etapa como jugador; pero el ser entrenador me ayuda en esta transición de hace casi 10 años de haber dejado de jugar.
— El gran desafío ahora como entrenador es encontrar la forma de transmitir el mensaje que yo quiero transmitir a una generación distinta a la mía, porque la forma que ellos aprenden es distinta a la forma que yo aprendí, y asu vez es distinta a la forma de los que me enseñaron a mi aprendieron. Muchos dicen que los jóvenes de ahora están mal porque los métodos nuestros de enseñanza no funcionan, pero al contrario, son distintos, entonces uno como entrenador tiene que adaptarse a lo que necesitan los chicos de ahora para poder entender el mensaje que uno quiere transmitir. El gran desafío mío es tratar de entender la mentalidad de los jóvenes de ahora para que el mensaje que yo les quiero transmitir lo puedan receptar bien.
¿Cómo te encontras vinculado al rugby actualmente?
— Hoy en día estoy viviendo en EEUU; Mooresville (Carolinas del Norte), siendo entrenador de estudiantes en la universidad Belmont Abbey College.
Tenemos 60 alumnos, la mayoría americanos, y de los internacionales hay ingleses, sudafricanos, chicos de Zimbabwe, de Irlanda, de Nueva Zelanda, Argentina y México.
Empecé en esa universidad porque a mi me gusta la etapa formativa, y son chicos que todavía están aprendiendo; y también por una cuestión de posibilidades. Sobre todo en el rugby hay más posibilidades de desarrollarse en ese nivel más que a nivel de liga profesional porque en Estados Unidos todavía es un deporte que se encuentra muy poco desarrollado.
¿Qué consejo le darías a un joven que sueña con jugar profesionalmente al rugby?
— Yo siempre les doy el mismo consejo; el sueño de vivir del rugby es el sueño que logran unos pocos, como cualquier deporte de élite, donde el embudo es muy angosto al final del túnel. Lo importante es que cada uno al final del camino sienta que ha dado todo lo que tenía que dar y se ha esforzado todo lo que se podía esforzar para lograr su objetivo, después los resultados a veces se dan y a veces no como uno lo desea, pero no siempre depende de uno llegar al objetivo. Hay cuestiones subjetivas que no dependen de uno. Por eso es importante que uno al final del camino y cuando mire atras diga “bueno, por lo menos hice lo que estaba a mi alcance para lograr mi sueño”
¿Cómo te gustaría que te recordaran como jugador de rugby y como persona?
— Como una buena persona y alguien que trabajó duro para lograr lo que logró.
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